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Mostrando entradas de noviembre, 2007

HOY ES MI CUMPLE!!!

Como no diría Joaquín Sabina, tengo "más de cien verdades que valen la pena"... Tengo una hija que es un milagro, que se ríe con toda la cara y pone los ojos chinitos, y tengo un marido con el que no estoy casada, que está conmigo sólo porque me quiere (y no porque lo ate ninguna ley) con el que me divierto y duermo todas las noches haciendo "cucharita", y tengo un papá y una mamá que malcrían a su nieta, y un par de hermanos, y un par de cuñados, y cinco sobrinos, y un "hijito postizo", y un puñado de amigos que se cuentan con los dedos de las dos manos, pero que siempre están y valen más que el oro del Perú, y un trabajo que me gusta y al que parece que le gusto, y miles de proyectos y de sueños, y muchas ganas, y canciones de Joaquín sonando en mi casa y Coca Cola Zero que no engorda!!!

19 DIAS Y 500 NOCHES

19 DIAS Y 500 NOCHES es una canción sorprendente… Altamente recomendable para iniciarse en el mundo “sabinesco”… Quienes la escuchen por primera vez se van a encontrar con una buena historia, excelentemente contada, juegos de palabras, metáforas envidiables, música pegadiza y estribillo inolvidable. A mi criterio, es una de las canciones mejor logradas de Joaquín. En principio, porque Sabina consigue poner en palabras lo que todos los que alguna vez nos vimos obligados a olvidar, hemos pasado… Porque cuando uno necesita imperiosamente arrancarse a alguien del corazón, lo más probables es que tarde más noches que días y que la proporción exacta sea de 19 contra 500. Así que desde el título, es una canción con la que me siento identificada. En segundo lugar, porque su primer estrofa ya es una estupenda metáfora: “Lo nuestro duró, lo que duran dos peces de hielo, en un güisqui on the rocks”. Y lo mejor de este tema, lo más ocurrente, lo más destacable, lo que siempre me causó gracia y adm

“NO, A MI NO ME GUSTA SABINA”

Muchas veces me pregunté cómo era posible que hubiera gente a la que no le gustara Sabina. Sinceramente, no podía comprenderlo. Cómo alguien, en medio de una charla, podía dispararme directo al corazón con un: “No, a mí no me gusta Sabina”. Esa afirmación me quedaba dando vueltas y vueltas en la cabeza. Tenía dos opciones: o quien la decía era poseedor de un alma insensible, incapaz de conmoverse con los versos de uno de los mejores poetas que yo haya conocido, o quien cometía semejante herejía nunca había “escuchado” a Sabina y simplemente había “oído” alguna de sus canciones en la radio, sin prestarle la debida atención. Reconozco que soy bastante intransigente en este tema y no evalué la posibilidad de que alguien pudiera escucharlo y directamente, no disfrutarlo. Por eso, y porque soy terca, porfiada y caprichosa, decidí escribir este libro. Un libro con el que pretendo cambiar la opinión de todos aquellos que se animan a desafiarme con la maldita frase. Y con el que además, espero

COMENTARIO "AVES DE PASO"

Hermoso y digno homenaje que Joaquín les hace a las mujeres que pasaron por su vida. La primera vez que la escuche, pensé: gracias, Sabina. Gracias por no cantarle a los amores eternos, a los que se quedan para siempre, a los que perduran en el tiempo. Estamos llenos de canciones, novelas, libros y poemas que nos hablan de ellos. Gracias por reivindicar a los amores que duran lo que tienen que durar: apenas un instante, una noche, una semana. Todos fuimos alguna vez aves de paso en la vida de alguien. Y nuestra propia historia, seguramente, estará plagada de otros tantos. Hombres y mujeres con los que no nos casamos ni tenemos hijos. Hombres y mujeres con los que apenas si nos enroscamos unas horas sin jurarnos nada. Y lo mejor de estas damas de las que nos habla Joaquín, es que ellas tampoco le preguntaban a él si las quería. Uno puede imaginarse a Joaquín amando hasta la eternidad a cada una de las chicas que nos nombra. Una eternidad que durará lo que un suspiro, pero que él inmorta

INTRO DEL LIBRO DE JOAQUIN

La primera vez que escuché a Sabina, tenía 19 años. Estaba cursando la carrera de publicidad y había ido a la casa de una compañera para terminar un trabajo práctico que nos habían pedido. La tarea resultaba bastante aburrida, por cierto, y lo que más recuerdo de aquella noche es que de fondo sonaba el CD de Joaquín, MENTIRAS PIADOSAS. En una de las pausas que hicimos para tomar un café, empecé a prestarle atención a la letra de Y SI AMANECE POR FIN. En esa época, y aunque cueste creerlo porque yo ya era una chica muy moderna, todavía no había tenido relaciones sexuales. Muchos de ustedes (incluidos mis padres) pensarán que esta aclaración no hacía falta. Pero yo pienso que sí. Porque en aquel momento, en donde el sexo era algo por descubrir, que me despertaba curiosidad pero también, mucho temor y mucha culpa, yo pensé que si encontraba algún chico que me invitara a acostarme con él usando semejante poesía como argumento, iba a ser imposible resistirme… Supe que de inmediato diría que